dimecres, 20 d’agost del 2008

Una mañana de verano

Me encantan las metáforas, si ya has leido alguna otra entrada de este blog seguro lo has notado. Ademas tiendo a utilizar siempre las mismas, que le voy a hacer, hablo de lo que megusta, de lo que conozco. Hoy para no ser diferente volveré a ello.
Siguiendo con mis comentarios veraniegos me centraré en el mar, o más concretamente en como las personas estamos en la playa. Empecemos pues:
Primero podemos separa dos grupos, los que se meten directamente y por otro los que meten un pie, sueltan algun improperio sobre lo fria que esta el agua vuelven atras y así hasta que, media hora más tarde se han mojado todo menos la cabeza o acabar lanzado al agua por algún amigo/a que no ha superado la adolescencia todavía (admitamoslo la que te va a tirar al agua será de sexo masculino, es lo que hay). De los que se tiran al mar directamente, estan los que lo hacen sin pensar, sin mirar si el mar está revuelto o sucio, les da igual y los que se van metiendo valorando en cada momento como está el agua, pero se meten, estos suelen ser euna evolucion de los anteriores, la edad te da eso, experiencia.
Lo más divertido por otro lado es que esto lo hacemos desde que, siendo bebes, nuestros progenitores tienen la genial idea de acercarnos a esta enorme piscina (en el mejor de los casos nuestro contacto con el agua hasta entonces es una bañera o piscinita pequeña que tiene las paredes al alcance de nuestras cortas extremidades y por ello un lugar seguro). La visión de toda esta agua puede despertar dos cosas, por un lado una curiosidad enorme (enorme, uf todo eso para explorar sin barreras, una posibilidad de escapar del control paternal) y por otro puede despertar un terror atroz a lo desconocido y ante el intento de nuestros padres, tios, hermanos mayorers y demás inhumanos (en ese instante) de acercarnos a el pataleamos lo indecible para acabar mojados hasta arriba, y ante las risas y sonrisas de los demas y frase del estilo, "lo ves no ha sido tan malo" lo único que debes pensar es que estarias mejor en el fondo del orinal.
Pero las aventuras no acaban aquí, supongamos que sea como sea hemos acabado jugando en el agua, mientras las olas a tu alrededor van rompiendo hasta que, de repente, sin avisar, va el mar, y para recordarte quien manda, te envia una ola, que no solo te tira al suelo por su fuerza si no que atrapandote en su interior no te deja respirar, notas la arena a tu alrededor golpeándote y te entra el pánico, "es el final, con todo lo que tenia que hacer, (aquí según del grupo que seas) grupo 1: he sido un imprudente, grupo dos: lo ves lo ves ya lo decia yo". Finalmente la ola u olas se va, y tu quedas exhausto, estirado en la orilla mientras olas más pequeñas te vuelven a acariciar como diciendote,"venga vuelve no ha sido tan malo, venga" cual canto de sirena. Este es un momento crucial, los hay que despues de esto, una vez sales del problema se dicen "al final no ha sido tan malo" y se vuelven y los otros se vuelven atras y no vuelven al agua hasta que son empujados de nuevo.
Os dejo a vosotr@s que saqueis la metáfora que es fácil. Una pista, a pesar de que me quemo cada vez (ahora y dado que la edad te vuelve prudente llevo proteccion 50) de que he tragado mucha agua salada, siempre , siempre vuelvo hasta el mar y vuelvo a dejar que las olas me cubran , me tiren , me golpeen volteen y dejen exhausto tirado en la orilla y luego me dejo acariciar de nuevo y me dejo convencer hasta la siguiente.
Será masoquismo, no lo se, pero aun escogiendo los mares, los dias y aun dejando que la prudencia a veces me gane, el mar sigue cantando y yo soy sensible a su voz.
Un saludo